Mira dónde estamos

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Para nuestra primera tarde en Nueva York habíamos preparado un planazo, Mamma Mia en un teatro en Broadway. Los horarios no encajaron como esperábamos y acumulamos algo de estrés durante todo el día, el tren de Boston tuvo una avería y nos pasamos un par de horas parados en las vías, encontrar la línea de metro hacia Brooklyn no resultó sencillo y cuando llegamos al apartamento tuvimos el tiempo justo para dejar las maletas a toda prisa y coger un par de taxis para poder llegar a tiempo a la función. Los taxis añadieron algo más de emoción a la aventura, no eran los típicos taxis amarillos, no tenían ningún logotipo, y nos pidieron el pago de la carrera por adelantado para poder echar gasolina. Nuestro conductor era un parlanchín, creo que puertoriqueño, que no dejó de hablar ni un minuto en todo el trayecto.

Entramos al teatro, sin poder fijarnos donde estábamos, tan solo unos minutos antes de que empezara la función. Localizamos nuestras butacas y se apagaron las luces. El espectáculo estuvo genial, tal como cabía esperar, pero la sorpresa estaba esperando al salir por la puerta lateral… estábamos en medio de Times Square a medianoche, todo lleno de gente y tráfico. Habíamos llegado sin darnos cuenta a uno de los lugares turísticos más visitados del mundo !!

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